En México existe una hermosa tradición de fe, que consiste en adquirir (preferentemente al inicio del año), 12 velas que se van a ofrecer en honor de la Divina Providencia.
La palabra “Providencia” viene del Latín y significa “ver por”. Por ejemplo sabemos que los papás tienen providencia sobre sus hijos, prodigándoles amor y viendo que no les haga falta nada sin esperar siquiera a que se lo pidan. De la misma forma nuestro Padre Dios ve por nosotros y nos da lo mejor, por lo que la Divina Providencia es el infinito amor que nos tiene nuestro Padre, el cual siempre está al pendiente de nosotros.
Es por ello que, al iniciar cada mes, encendemos una de las 12 velas para recordarnos que nos encontramos en las manos amorosas de Dios, y como acción de gracias porque nos ha dado casa, vestido y sustento, entre otras muchas cosas.
Recordemos que la vela tiene distintos significados:
La luz – Jesús es la luz que ilumina nuestras vidas
La fe – Como la vela de nuestro bautismo que nos recuerda la fe que tenemos como hijos de Dios
La oración y alabanza – Expresa nuestro deseo de gastarnos y consumirnos al servicio de Dios
¡Cuidado!
El color de las velas no significa que se nos concederá dinero, amor o salud. Tampoco se deben de bendecir semillas mágicas, sábilas con moños rojos, borregos, etc. Todo esto ofende a Dios y ensucia la hermosa costumbre de las velas en honor de la Divina Providencia.
Podemos aprovechar cada inicio de mes para orar en familia al encender la vela, y cada miembro puede dar gracias por lo recibido en el mes, y pedir juntos por el bienestar familiar y sus necesidades particulares, para ello, se puede utilizar la oración a la Divina Providencia.
El Seminario les desea que la Divina Providencia se extienda en cada instante y momento, para que nunca te falte a ti y a los tuyos casa, vestido y sustento, y en el último momento puedan recibir el Santísimo Sacramento.
