Rafael Guízar Valencia nació en Cotija, estado de Michoacán y diócesis de Zamora, México, el 26 de abril de 1878. El 1° de junio de 1901 fue ordenado sacerdote. Realizó misiones en la ciudad de Zamora y por diferentes regiones de México. Nombrado en 1905 misionero apostólico y director espiritual del seminario de Zamora.
Perseguido por la fe vivió durante varios años sin domicilio fijo, pasando privaciones y peligros. Se disfrazaba de vendedor de baratijas, músico y médico homeópata para acercarse a los enfermos y moribundos, consolarlos, y administrarles los sacramentos.
Acosado por los enemigos, a finales del 1915 se fue al sur de los Estado Unidos y al año siguiente a Guatemala donde dio un gran número de misiones. Fue invitado a Cuba para predicar misiones populares. Su apostolado en esa isla fue fecundo, y ejemplar fue también su caridad con las víctimas de una peste que diezmó en 1919 a los cubanos.
El 1° de agosto de 1919 fue preconizado obispo de Veracruz. Visitó personalmente el vasto territorio de la diócesis, misionando y asistiendo a los damnificados de un terrible terremoto. Predicaba en las parroquias, enseñaba la doctrina, legitimaba uniones, pasaba horas en el confesionario, ayudaba a los que habían sido víctimas del terremoto.
Fundó un seminario clandestino en la Ciudad de México durante 15 años, el único que estuvo abierto durante esos años de persecución, llegando a tener 300 seminaristas. Pasó 9 años en el exilio o huyendo porque lo buscaban para matarlo.
En 1937 sufrió un ataque cardíaco, pero desde el lecho dirigía la diócesis y especialmente su seminario, celebrando todos los días la santa misa. Murió el 6 de junio de 1938.
Fue beatificado por S. S. Juan Pablo II el 29 de enero de 1995 y canonizado el 15 de octubre de 2006. Es el primer obispo de Latinoamérica canonizado.



