Experiencia en la Etapa de “Discernimiento Vocacional”

June 23, 2022

Fue abrir mis ojos y mi corazón a una experiencia de autodescubrimiento y autoconocimiento, a una transformación y maduración guiada por el Espíritu Santo, a través de los formadores que me acompañaron en el proceso durante este curso académico (2021-2022), que califico como una experiencia de Dios. 

Es una etapa que confronta, que incomoda, pero que sobre todo enseña a mirar a través de la fraternidad y la caridad, la propia realidad y la de quienes nos rodean. Sentí en carne viva la realidad de la iglesia en nuestras primeras colectas y misiones; en la convivencia con sacerdotes que compartieron su experiencia; en el encuentro con los hermanos de las demás casas de formación y en la propia familia. Una temporada en la que he sentido el trillar del Señor en mí.

El 05 de junio de 2022, ardiendo en el fuego de Pentecostés, frente al altar y con la sotana en mis manos, una avalancha de sensaciones y recuerdos, daban voz madura a mi corazón que decía: “Aquí estoy Señor, te dono mi vida”. El recibirla y, sobre todo, revestirme con ella significa para mí un compromiso de servicio y de abandono en Dios; manifestación libertad y amor al Señor y su iglesia. De prepararme, humilde y dócilmente, para ser la respuesta de Dios a su pueblo. Fue bendecida por Nuestro Padre y Pastor, Don José Antonio Fernandez Hurtado, en un ambiente de Iglesia calido y fraterno en presencia de nnuestros Familiares.

La gratitud es la memoria de mi corazón. Y en el mío llevo a todos los amigos, familiares y bienhechores que se han propuesto orar por nuestra vocación, y que a través de su testimonio de desprendimiento, hacen brotar en mí la esperanza y la claridad de la presencia de Cristo en mi vida.

Hazel Gustavo Ramírez Salazar

Discipulado | Primer año


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